¿Qué ver en un día en Olbia? Guía turística para cruceristas. Las mejores opciones para disfrutar de tu escala en Olbia (Cerdeña)

A continuación te mostraremos una guía para visitar Olbia por libre, pero antes también te ofrecemos opciones para disfrutar Olbia y alrededores (Cerdeña):

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OLBIA (CERDEÑA)
Situada en el nordeste de la isla con unos 60.000 habitantes, en la zona llamada Costa Esmeralda. Su nombre viene del griego Olbiòs, que quiere decir feliz, lo que no coincide con su pasado ya que ha sido destruida y reconstruida unas cuantas veces, lo que provocó la pérdida de su nombre original hasta 1.939 en que lo recuperó definitivamente.

Ha pasado de ser una ciudad de pescadores y marineros a tener un importante papel comercial e industrial, lo que ha impulsado su economía, ha cambiado mucho su aspecto pero mantiene su centro histórico.

Se ha convertido en un importante centro del turismo de la isla gracias a las muchas posibilidades en sus cercanías, desde lugares como Porto Rotondo, Porto Cervo y la Costa Smeralda, para los que gustan de una vida refinada hasta los que buscan la cultura con los monumentos de la Civilización Nurágica,

También su destacada naturaleza con playas, rocas y parques marítimos nos sorprenderán. Sin olvidar las visitas al interior de la isla.


QUE VER
Catedral de San Simplicio : La encontramos muy cerca del Corso Umberto. Construida sobre una necrópolis romana entre los s. XI al XII, todavía se conservan lápidas del periodo romano en su interior. Consagrada al obispo de Olbia, San Simplicio, que fue mártir en el s. III, en tiempos de Diocleciano.

Es el único ejemplo de Románico en la Gallera, construida mayormente de granito con estilo pisano. Interior sencillo y evocador de tiempos pasados que guarda las reliquias de San Simplicio y otros mártires tras unas excavaciones en el s. XIX.

Corso Umberto I : Zona de paseo para los habitantes de la ciudad y de reposo para el turista, encontramos interesantes edificios del s. XIX como el Ayuntamiento, la Biblioteca, el Palazzo Scolastico, etc. de la que parten calles y callejuelas con sus típicas casas de granito, tiendas, artesanos, cafeterías, restaurantes, etc. llegando a las plazas Reina Margarita y Giacomo Matteotti. En una de sus travesías está la Iglesia de San Paolo, de 1.700, que combina el granito típico en el exterior con una cúpula esmaltada de estilo árabe.

Museo Arqueológico Nacional : Construido en un islote del puerto para albergar los hallazgos en el descubrimiento de 24 barcos naufragados, entre los que destacan 2 de la época de Nerón y 16 del s. V d. C. El resto corresponden al período del Giudicato.

Restos Púnicos : Unos 50 metros de muralla púnica muy bien conservada en la calle Aquedotto junto a restos de viviendas púnicas en la calle Nanni, y restos de un acueducto romano muy próximo, del que podremos ver un tramo en mejor estado en la carretera a Abbas Cabu.

Castello di Pedes : Lo encontramos muy cerca, sobre un montículo del que se ve toda la ciudad. Data de la época del Giudicale y vivió cruentas disputas entre los que querían dominar la isla, sobre todo en el s. XIV.

Restos del periodo nurágico : Alejados del centro histórico, destacando las Tumbas de los Gigantes de los s. XVIII-XVII a.C., el pozo sagrado, del II milenio a.C. que fue santuario de gran relevancia en el culto al agua de la cultura nurágica, y las ruinas de la fortaleza de los s. IX-VIII a.C.. También hay ruinas de una granja romana de época romana y un acueducto del s. II a.C.

Tavolara: Un precioso parque marítimo natural en una gran isla granítica al sur el golfo de Olbia con un acantilado de 600 metros de roca que ofrece una espectacular vista del mar que es una joya para submarinistas. En verano se puede llegar en barco desde Porto San Paolo.

Archipiélago de la Magdalena: 6 islas, solo tres habitadas, que forman un parque nacional. En la isla Caprera está la casa-museo de Giuseppe Garibaldi. Se llega en barco desde Palau.

Costa Esmeralda: Es lo más destacado de la zona, es la costa que va desde Olbia hasta el extremo norte de la isla. Recibe su nombre por el típico color de sus aguas, entre el verde y el turquesa. Su principal punto es Porto Cervo, dentro de una cala con una amplia infraestructura turística, incluido su puerto deportivo de más de 700 amarres. La vida se desarrolla entorno a su famosa plazuela y la Iglesia de Stella Maris. Además de las playas de Capriccioli y Liscia Ruia hay muchas localidades a visitar: Cala de Volpe, Poltu Quatu, Baja Sardinia o Cannigione.

El Interior de la isla : Al alejarnos de la costa llegamos a Arzachena, de gran importancia en la 2ª mitad del s. XX y que guarda importantes restos arqueológicos, gigantescos monumentos funerarios, necrópolis de Li Muri, templo de Malchittu o el dolmen de Ladas, también un monumento funerario anterior al segundo milenio a.C.

En Luras podemos visitar el Museo etnográfico Galluras-Fragmentos que recrea ambientes de la antigua civilización de Gallura.

Y algo más lejos, a unos 40 kms. está la capital de la provincia, Tempio Pausania, sobre un altiplano de roca que tiene tras él el monte Limbara, destino de muchos excursionistas. Se produce mucho corcho y vino, además de centro termal por las aguas oligominerales de las famosas fuentes de Rinaggiu.

VISITA POR LIBRE
Como las escalas suelen ser cortas, las opciones quedan un tanto limitadas.

El puerto queda un tanto alejado del centro, pero se puede llegar andando o con los autocares lanzadera que suelen poner las compañías navieras que nos llevarán hasta el Corso Umberto, lugar de partida de muchas de las líneas de autobuses. La línea 3 de los autobuses urbanos también llega hasta el puerto.

Sin duda dar un paseo por la ciudad es una opción tranquila, adquirir algún recuerdo y sentarse a tomar algo en alguna de sus terrazas será un complemento ideal

Otra opción sería llegarse a alguna de sus muchas playas, el bus nº 4 nos lleva a Pittulongu en un rápido trayecto, pero habrá que estar atento a las frecuencias de paso, o contratar un taxi, que suele ser bastante caro. Si la escala nos lo permite podríamos alquilar un coche para ir a nuestro aire.